Acentuación, 2ºESO

Explica por qué las palabras en negrita del siguiente texto llevan o no tilde, presta especial atención a los monosílabos, diptongos e hiatos:

No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y muy bien que esto no es un sueño. Mañana voy a morir y quisiera aliviar hoy mi alma. Mi propósito inmediato consiste en poner de manifiesto, simple, sucintamente y sin comentarios, una serie de episodios domésticos. Las consecuencias de esos episodios me han aterrorizado, me han torturado y, por fin, me han destruido. Pero no intentaré explicarlos. Si para han sido horribles, para otros resultarán menos espantosos que barrocos. Más adelante, tal vez, aparecerá alguien cuya inteligencia reduzca mis fantasmas a lugares comunes; una inteligencia más serena, más lógica y mucho menos excitable que la mía, capaz de ver en las circunstancias que temerosamente describiré, una vulgar sucesión de causas y efectos naturales.  




Segunda Tarea                                                                     

  • Clasifica las siguientes palabras en agudas, llanas y esdrújulas; y separa sus sílabas:

Calentador, mecedora, música, catalán, búsqueda, árbol, cógelo, helado, alrededor, único, mágico, ángel, cartel, competir, valor, rabino, crédito, llegábamos, según, además, virtud, reloj, acometer, modo, subjuntivo, llana, automóvil, González, católico y éxtasis.


  • Indica si estas palabras contienen un diptongo o un hiato y separa sus sílabas:

Ganzúa, airear, agua, caían, variedad, averigüéis,  poeta, aria, maestra, habíamos, viaje, aula, peor, abuelo, acentúa,  queríaahora, león


  • Explica en qué consiste el diptongo o el hiato de las palabras en negrita del ejercicio anterior.


  • A continuación, recogemos una serie de palabras que se diferencian únicamente por la tilde diacrítica de algunas de ellas. Realiza una oración con cada una de estas palabras donde se aprecie la diferencia de significado:

aún/ aun         cuándo/cuando         sí/ si    té/te    mí/mi




CUARTA TAREA                                                                 
Explica las palabras destacadas en negrita haciendo referencia a su acentuación (agudas, llanas y esdrújulas) y a la formación de diptongos e hiatos.
Acaso

Como atento no más a mi quimera
no reparaba en torno mío, un día
me sorprendió la fértil primavera
que en todo el ancho campo sonreía.

Brotaban verdes hojas
de las hinchadas yemas del ramaje,
y flores amarillas, blancas, rojas,
alegraban la mancha del paisaje.

Y era una lluvia de saetas de oro,
el sol sobre las frondas juveniles;
del amplio río en el caudal sonoro
se miraban los álamos gentiles.

Tras de tanto camino es la primera
vez que miro brotar la primavera,
dije, y después, declamatoriamente:

-¡Cuán tarde ya para la dicha mía!-
Y luego, al caminar, como quien siente
alas de otra ilusión: -Y todavía
¡yo alcanzaré mi juventud un día!

Antonio Machado


Quinta Tarea                                                   


Explica las palabras destacadas en negrita haciendo referencia a su acentuación (agudas, llanas y esdrújulas) y a la formación de diptongos e hiatos.

A finales de los setenta del siglo XX, mucho antes de la masiva entrada de los ordenadores y de las nuevas tecnologías de la información en la sociedad, los medios de comunicación tradicionales (prensa, radio, televisión) acaparaban y distribuían los contenidos informativos.
En los ochenta aparecieron los primeros soportes y servicios de las llamadas nuevas tecnologías. Los satélites, los computadores, el fax, el minitel, el audiotex, el videotex o el teletexto significaron un primer avance en la difusión de las noticias. 




Sexta Tarea                                                       

Explica la acentuación de las palabras en negrita del siguiente minicuento:


En una corte centroeuropea vivía una vez un príncipe que se iba a casar.
-Tienes que aprender a bailar, porque pronto será tu boda y el baile real no puede celebrarse sin que lo inicies –le dijeron un día.
- Vale.
Pero no hubo forma. Aquel príncipe no tenía el menor sentido del ritmo y no conseguían enseñarlo a bailar. Pasaban las semanas, se acercaba la fecha de su boda y en la Corte cundía la desesperación.
-¿Qué hacemos? Es un patoso. Nunca aprenderá a bailar.
-Si me dejáis, yo lo enseñaré –dijo de pronto una de las doncellas de su madre, la reina.
-¿Y cómo lo harás? –le preguntaron.
-Dejadme y veréis.
La dejaron  y la doncella fue al encuentro del príncipe.
-¿Sabes jugar al escondite? –le preguntó.
-Cómo no.
-Pues búscame aquí -dijo yéndose a la derecha.
Y cuando él se inclinaba, se fue a la izquierda:
-No, búscame aquí.
Y cuando él iba hacerlo, saltó hacia atrás.
-¿No me encuentras?
Saltó hacia delante y el príncipe, adivinándolo, la siguió. Saltó hacia la derecha y el príncipe la siguió. A la izquierda y lo mismo. Así, una y mil veces. Hasta que la doncella paró y le dijo:
-Muchas gracias, Alteza, por concederme este baile
-¿Baile? ¿Acaso no estábamos jugando?
-El baile, Alteza, no es más que un juego para dos. Y vos desde luego que sabéis jugar.
Y así fue como el príncipe patoso de aquel reino centroeuropeo se acabó convirtiendo en un príncipe bailarín.